En las entradas anteriores hemos tratado dos de los efectos de la altitud sobre el ejercicio físico y el cuerpo humano.
En ALTITUD Y EJERCICIO FÍSICO (I) el tema principal fue la hipoxia y los efectos de la disminución del oxígeno sobre el ejercicio.
En ALTITUD Y EJERCICIO FÍSICO (II) estaba relacionada con la hipoxia, pero el tema principal era la deshidratación y la altitud.
En esta tercera parte el tema a tratar va a ser LA RADIACIÓN SOLAR:
El Sol emite una gran cantidad de energía en forma de ondas electromagnéticas. Algunas de estas ondas producen efectos beneficiosos en bajas exposiciones, pero resultan perjudiciales si tomamos mucho el sol. Es el caso de las ondas ultravioletas.
LA RADIACIÓN SOLAR Y LA ALTITUD
En nuestro planeta, la atmósfera actúa de filtro frente a la radiación solar. Ese filtro tiene un espesor considerable al nivel del mar, lo que hace que sea muy efectivo en el proceso de atenuar la radiación que recibimos.
Pero, ¿qué ocurre a medida que ascendemos en altitud?
- Cuando ascendemos en altitud, el espesor de la atmósfera se reduce, reduciéndose así su capacidad para filtrar la radiación, lo que provoca que recibamos una mayor cantidad de radiación.
Por ejemplo, a 4000 metros la cantidad de radiación que se recibe es el doble que a nivel del mar.
- Las moléculas de agua que se encuentran en el aire absorben parte de la radiación del sol. Cuando ascendemos en altitud, disminuye la humedad del aire, así que también por este motivo recibiremos más radiación.
- La presencia de nieve aumenta la exposición a la radiación. La nieve actúa como un espejo, reflejando la radiación que recibe el suelo hacia nuestro cuerpo.
- A grandes altitudes la presencia de radiación cósmica es muy elevada. Esta radiación aumenta el riesgo de sufrir mutaciones genéticas, infecciones y cánceres.
IMPORTANTE: Los niños también sufren los efectos de la radiación.
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